CASA VW EN CARACAS, ARQ. DIRK BORNHORST- ARQ. OMAR SEIJAS
Bajo el Signo de la Contradicción.
Autor: Gonzalo Lacurcia.
La obra de Dirk Bornhorst se ha caracterizado siempre por poner en evidencia su propia contradicción, generada básicamente por la compleja combinación de la culturas en las que ha vivido; una tendencia que se ha acrecentado en los trabajos que ha realizado junto al arquitecto Omar Seijas. Esta casa, obra de los dos arquitectos, constituye un continuo contraste de culturas, climas, edades y filosofías.
La creación artística lleva sembrada en sí misma el germen de la contradicción. Aunque muchos autores se nieguen a reconocerlo, cualquier obra está plagada de elementos que, en mayor o menor grado, entran en conflicto con los principios filosóficos que le dieron lugar. Quizá esta lección –una de las pocas heredadas de nuestra postmodernidad- demuestra que los actos creativos son hechos complejos, difíciles de analizar y muy vulnerables a criterios estomacales.
Y qué evidencia más contradictoria que la convivencia pacífica –en un mismo espacio y con una importancia similar- de una chimenea y una pérgola abierta: la primera, encargada de calentarr el espacio; la segunda, colocada allí para refrescarlo. Entre los pocos metros cuadrados que separan una de otra, se encuentra la metáfora que anima la vivienda. Y una tras otra van apareciendo pequeñas contradicciones: techos fuertemente inclinados –hechos con tejas rojas- que terminan en un corredor de redondas columnas y que son coronados por una veleta en forma de gallo.
La casa muestra una atípica combinación de elementos característicos de la arquitectura tradicional centroeuropea y elementos de nuestra propia arquitectura. Se constituye a partir de una composición en forma de ‘’Y’’ en la que cada una de las alas concentra actividades diferentes. Cada ala está planteada como un conjunto de módulos separados que llegan a unirse: un ala para las habitaciones, otra para los servicios y otra para las áreas sociales. En el encuentro de las tres alas se ubica, como elemento unificador, la escalera, completamente iluminada por el tragaluz que corona su techo.
El espacio de la sala, sin duda el más noble y logrado, aparece reforzando el eclecticismo de la composición.
Aprovechando la topografía del lugar, se separa del comedor gracias a un pequeño desnivel. La altura variable generada por la fuerte inclinación de los techos produce la típica sensación del espacio amplio, pero de una escala muy controlada. La alta cumbrera permite que un fuerte volado proveniente de la habitación principal, asome sobre este espacio, conformando una pequeña biblioteca.
La madera de la sala que rechina detrás de los pasos, evidencia el carácter artesanal que se buscó en la casa. El trabajo de los ladrillos contrasta fuertemente con la pureza del concreto en la obra limpia y con la lisura de los planos internos de los techos. El verde natural que penetra en cada rincón hace manifiesto ese encantamiento por la exuberancia de la vegetación tropical, al cual ni nosotros mismos somos inmunes.
LOS ARQUITECTOS
Dirk Bornhorst es el arquitecto egresado de la universidad de Berkely, EEUU (1951) con postgrado en la escuela técnica de Zurich. Fue profesor de diseño en la FAU/UCV entre 1960 y 1987. Es autor de un gran número de obras dentro de las que se incluye el Helicoide y la torre del Banco de Venezuela –ambas en coautoría- y más de 40 viviendas unifamiliares. Desde el año 1986 trabaja junto con Omar Seijas (arquitecto UCV 1984) quien se ha desempeñado como profesor de Diseño en la FAU/UCV y en la Ujmv, y quien actualmente forma parte de la directiva de la Fundación Amigos de la Facultad de Arquitectura. Ambos recibieron en febrero de este año el primer premio del ll Salón de Arquitectura de la Región Centro Occidental.
