CASA HOLLANDER TINEO, CARACAS
ARQ. OMAR SEIJAS
Moderna Tradición
Autor: Gonzalo Lacurcia.
Aunque dentro de la historia de la arquitectura los términos ‘’Moderno’’ y ‘’Tradición’’ han sido interpretados como antagonistas y excluyentes, sobran los ejemplos de edificaciones cuya concepción responde a esquemas espaciales completamente modernos, construidos mediante técnicas o materiales tradicionales. Esta contradicción, que se ha convertido en un recurrente tema de estudio, es el punto de partida de la vivienda proyectada por el arquitecto Omar Seijas.
La implantación de la casa responde a la necesidad de abrirse hacia la vista del paisaje adaptándose, a su vez, a la pendiente del terreno.
Dos volúmenes alargados de dos pisos, coronados por techos a dos aguas forman una planta de ‘’V’’ y definen un amplio espacio central a doble altura que constituye el alma de a vivienda.
El esquema formal determina, además, la ubicación de las diferentes funciones dentro de la casa. Los cuerpos alargados, cerrados y pesados, contienen las actividades privadas: en la plata baja se encuentran el primero que aloja la cocina-lavadero, el dormitorio de servicio y un garaje –con una doble altura muy original-; mientras que el segundo cuerpo contiene el dormitorio de huéspedes, la sala del piano y el estudio-biblioteca, además de la escalera. En la planta alta, dos dormitorios en la cada cuerpo completan los usos íntimos.
El espacio central mantiene, por el contrario una trasparencia que refuerza su carácter de vacío. Un eje de circulación, desde la puerta externa hasta el jardín, va llevando a los diferentes espacios. El hall de acceso comparte nivel con el comedor y mira desde un podio sobre la sala. Esta, hundida unos escalones más abajo, cobra una enorme amplitud al encontrarse bajo una generosa doble altura, coronada por un techo a cuatro pendientes que, a modo de paraguas, se posa sobre el espacio.
La chimenea se ancla en el medio de la sala, separando virtualmente la circulación y jerarquizando el espacio central. Este esbeltísimo volumen de piedra que atraviesa el techo se convierte en el pivote ordenador de los espacios.
El vínculo con el exterior termina dándose por medio de un corredor completamente integrado a la sala a través de grandes puertas de vidrio. Y solo separado del jardín por unas cortinas metálicas que quedan completamente abiertas en momentos en los que se una el espacio. Este corredor completa el juego de los techos introduciéndonos en una escala mucho más baja, para luego mostrarnos la escala infinita del cielo.
Los materiales constructivos –ladrillo de Carora, pisos de terracota, maderas de Cedro y Algarrobo, junto con el concreto martillado- enfatizan el carácter rustico de la edificación. Esta rusticidad exacerbada por su propuesta formal, recuerda los postulados de Arts and Crafts inglés y otros movimientos arquitectónicos europeos de principios del siglo XX, que, de alguna manera pretendían retomar los elementos constructivos artesanales, empleados en edificaciones cuya propuesta espacial distaba mucho de las construcciones tradicionales.
Sin embargo, esta vivienda muestra ciertos valores espaciales que de una manera indirecta se relaciona con la tradición. El gran espacio de la sala, muy iluminado, que rodeado de circulación vincula todos los ambientes, parece una interpretación de lo que era el patio central en nuestras antiguas casonas.
EL ARQUITECTO
Omar Seijas es arquitecto egresado de la UCV en el año 1984, institución en la cual se desempeña actualmente como profesor de la cátedra de Diseño. Forma parte de la directiva de la Fundación Amigos de la Facultad de Arquitectura de la UCV. Ha publicado un libro: Del modernismo a los transpersonal en casas, houses, häuser (editorial Arte, 1994) además de varios artículos relacionados con la arquitectura. Desde 1986 alterna su carrera personal con el trabajo al lado del arquitecto Dirk Bornhorst, junto al cual recibo en febrero de este año el primer premio del ll Salón de Arquitectura de la Región Centro Occidental.