POSADA EN CHORONI, ARQ. DIRK BORNHORST- ARQ. OMAR SEIJAS
( Antes Posada Humboldt y hoy Posada Semeruco)

 El pueblo de Choroní se mantiene, aún a la final de este siglo, con una atmósfera eminentemente colonial.

La plaza, la iglesia, las casas pareadas y alineadas al perfil de las calles para lograr la sombra, además de las esbeltas ventanas con sus podios y celosías, definen el carácter que imprime al lugar ese carácter tan especial, y que creemos haber respetado con la proposición arquitectónica que diseñamos los arquitecto Dirk Bornhorst y Omar Seijas.

Este proyecto fue para nosotros una exploración de los valores trascendentes de la arquitectura, que aún no se agotan en el vocabulario del legado heredado de otros tiempos.

Los promotores del proyecto estaban interesados en mantener las características del entorno y de cuidar los elaborados detalles de carpintería que propusimos, además de preservar los valores artesanales de los acabados, que en algunos casos se encontraban ocultos bajo la vieja casa que se nos ofrecía como punto de partida para el proyecto.

Una casa de gruesas paredes fue la excusa para comenzar con la transformación; el programa contemplaba como requerimiento obtener 10 habitaciones, cocina, comedor, área de servicios, además de otros espacios complementarios al uso de la posada.

Partimos de la idea de agrupar todas las funciones antes citadas en torno a un patio central adecuadamente proporcionado, acompañado de corredores con columnas gruesas, pisos de tierra cruda y piedras de canto rodado, que pertenecían a la casa original y que el tiempo había ocultado bajo una primitiva y sencilla capa de cemento.

Se especificaron detalles de cierta complejidad, los cuales fueron realizados con mano de obra local y supervisados directamente por los dueños. Los detalles más complejos le fueron encargados a un experto maestro alemán, Ludwig Penn, quien tiene su taller en la Colonia Tovar.

Barandas, balaustres, celosías, tejas criollas y la fuente de agua contribuyen con la gramática del pensar del siglo pasado, aunque la imagen permanece dentro de nuestro tiempo, como claro mensaje del trópico y del Caribe. Razón por la cual, al diseñar conservamos los árboles y la vegetación existente dentro del patio, logrando el tamiz necesario para matizar la fuerza de la luz solar.

Esta experiencia nos confirmó las enormes posibilidades que existen en rescatar ciertos valores de incuestionada vigencia, bien sea a través de la restauración, el reciclaje o la transformación, lo cual constituye una clara evidencia de que los arquitectos tienen una misión y una responsabilidad en ser agentes del equilibrio entre la luz y la sombra, y seguramente hasta en preservar en lo posible la memoria. 

Nota: Las fuentes de las fotos pertenecen en parte a nuestro archivo de la Oficina
de Arquitectura Bornhorst - Seijas. Las agregadas más recientemente pertenecen a la
Posada Semeruco y a eventuales visitantes.